El árbol de la sangre, las perfectas imperfecciones de Úrsula Corberó

Compartir en:
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo


Desbordante. Así se define El árbol de la sangre, la nueva cinta de Julio Medem, en la que el director regresa a sus orígenes y sumerge a los espectadores en un viaje que deja huella en todos los espectadores. Una cinta protagonizada por Álvaro Cervantes, Úrsula Corberó, Najwa Nimri, Daniel Grao y Joaquín Furriel, entre otros muchos.

En El árbol de la sangre los espectadores acompañan a Marc y a Rebeca, una joven pareja, en su investigación acerca de su pasado, en ese intento de construir su propia historia común. Un proceso en el que no sólo sacarán todos sus secretos más oscuros, sino también sus sentimientos, sus miedos, su desconfianza, su verdad más grande.

La historia principal, aparentemente sencilla, se va complicando hasta límites insospechados mientras se nos presenta un reparto coral de lo más variopinto. La ambientación, fotografía y banda sonora son de primera categoría, como viene siendo habitual en el cine de Medem, un reconocido perfeccionista que siempre se rodea de grandes profesionales.

Celos e infidelidades, encuentros y desencuentros, constituyen algunos de los temas de base de una película bastante fraccionada y con giros inesperados. De hecho, hay escenas que mezclan locaciones, como una en la playa en la que se ven distintos lugares en cada plano, situados a mucha distancia entre sí.

El reparto está repleto de rostros conocidos, pero Najwa Nimri, una de las actrices habituales en el cine de Medem, es la estrella que brilla con más fuerza. Su caracterización del complejo personaje de Macarena destila sensibilidad y está en perfecta sintonía con el resto de la obra.

Su nueva película tiene entidad propia y es magnífica, se acerca a sus 3 primeras películas, todas muy diferentes (a Julio no le gusta repetirse y por eso intenta reinventarse, película a película): Vacas, La ardilla roja y Tierra, y además también conecta en algunas ocasiones con Los amantes del círculo polar y Lucía y el sexo.
 
Compartir en: