Arturo Pérez-Reverte a fondo en el umbral del domingo decisivo

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Arturo Pérez-Reverte tiró de la manta de Falcó, su último personaje (un agente de los servicios de inteligencia de Franco que recibe el encargo de infiltrarse en las filas enemigas en 1936) para explicar en estos momentos, el domingo decisivo que puede marcar el final de la crisis de bloqueo político, el marco de la España actual.



Lorenzo Falcó es un cínico con sus valores: primero, él; después, él; y al final lo que puede rebañar y aprovechar. Su jefe es el Almirante quien lo reclutó tras el debate de matarlo o contratarlo. Es un tipo duro y sin escrúpulos.

Falcó es una novela de aventuras pero con reflexiones sobre la amistad, el poder y el valor de ciertas reglas.

Sobre todo ello habló Arturo Pérez Reverte, el látigo de la Real Academia Española (RAE) en La Sexta Noche con Iñaki López. La entrevista se desarrollo en el habitat del Museo Naval de Madrid que es el que ama el académico.

"España es un país profundamente inculto, las élites nunca han querido que el pueblo fuera culto, no convenía. Y hay cosas que tenían justificación hace un siglo y ahora no la tienen. Ahora el que es inculto es porque quiere", dijo Arturo.

"No se puede analizar la historia con tuits, con titulares o con frases demagógicas como las que utilizan los políticos sin escrúpulos para manipular a las masas", subrayó. "En el occidente de Europa vivimos en una ficción, los que más cómodamente viven y mejor instalados están en la burbuja creen que esto es la vida real, el respeto y los derechos humanos, pero la vida real se llama Alepo, Haití, Ciudad Juárez, se llama violencia contra las mujeres o matar por un vaso de agua", explicó.

"No sé si hay solución, porque la historia no se soluciona, se vive. Negarnos a aceptar esa realidad nos pone más en peligro, porque nos deja indefenso. Los que piden que no haya ejércitos, cuando llegue el malo, ¿quién va a oponerse?", se preguntó.

"Me da vergüenza ver lo que hicieron a Felipe González, somos la vergüenza de Europa. No es esa la manera de hacerlo, y menos estudiantes. Hay que ser idiota y fanático para negarse a escuchar, incluso a tu peor enemigo. Lo grave es que en una universidad, donde el conocimiento debe ser la base de todo, se nieguen a escuchar a alguien porque no comparten sus criterios políticos", analizó.

"Yo tengo una hija (Carlota) y el primero que quiere que ella tenga igualdad con los hombres en derechos y deberes soy yo. Las mujeres tienen una capacidad de coraje superior a los hombres. Ellas soportan la realidad de la vida con más lucidez. Pero hay una cosa que no estoy dispuesto a tolerar y es que me chantajeen. La estupidez no estoy dispuesto a aceptarla. El talibanismo radical que se basa en retorcer las palabras, en violentar la razón y la normalidad, yo me burlo de eso. Pago los precios porque se me echan encima las fuerzas ultrarradicales", enfatizó.

"Si la calle es machista, la RAE tiene que recoger en el diccionario que es machista. Cuidar la lengua es una labor de Estado, pero cada vez dan menos subvenciones, mientras dan cantidades inmensas para estupideces que salen en el Telediario, sobre todo con el último Gobierno de Zapatero y el de Rajoy, cuya labor ha sido vergonzosa, con un desprecio que es una de las cosas más vergonzosas que he visto en mi vida", apuntó.

Fue duro con el actual presidente del Gobierno en funciones lamentando "el desmantelamiento cultural que se ha producido en los últimos años", ya que "el gobierno de Rajoy ha triturado la palabra cultura en todos sus sentidos". Fueron reflexiones interesantes horas antes del comienzo de un decisivo Comité Federal del PSOE donde se va a tratar de poner punto final al debate que debió de celebrarse al día siguiente de las últimas elecciones.
 

- Ver también Tuits, teléfonos móviles, YouTube y redes sociales, segundo asalto de Ferreras (Hechos de Hoy)
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