Bienvenidos a mi hotel toma el relevo de Ven a cenar conmigo
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A partir del lunes, 1 de octubre, elegir el hotelito rural donde cobijarse en la próxima escapada al campo tiene nuevo horario. Bienvenidos a mi hotel, la competición entre pequeños hosteleros que luchan por demostrar que su establecimiento es el mejor se traslada a las 20:30h, manteniendo su periodicidad de lunes a viernes y con María Gómez en el relato pormenorizado de los encuentros y desencuentros entre estos propietarios convertidos en huéspedes de sus rivales.Bienvenidos a mi hotel le toma el relevo a la otra competición semanal de Cuatro, Ven a cenar conmigo, que regresará próximamente con nuevas entregas que se encuentran actualmente en fase de producción. El concurso “gastronómico” más alocado de la televisión tiene abierta su fase de casting para todos aquellos aspirantes a cocinillas estrellas capaces de demostrar su talento tanto a los fogones como en el agasaje y recepción de comensales… y resistir estoicamente los ingeniosos y puntillosos comentarios de Luis Larrodera, la divertida voz en off del programa.
Viaje al final de la tierra y al principio de todas las broncas
Esta semana Bienvenidos a mi hotel viaja literalmente al fin del mundo. En Finisterre los participantes descubrirán el encanto de dormir en un faro azotado por los vientos del norte y degustarán el producto estrella de Galicia de la mano de sus propietarios, Jesús y Jacinto.
A pesar de que la semana arranca en un entorno tan idílico, pronto se crearán sorprendentes tensiones entre dos de las personas más zen de la semana: Miguel, propietario del hotel Bermellar que lleva junto a su compañera Dayana, y Carmen, dueña del hotel rural Casa del Mundo, en el que recibe la ayuda de su amiga Laura.
El primero, que presume de que en su alojamiento se puede disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza, no tardará en perder los nervios con las actitudes y críticas de Carmen, una mujer llena de energía y misticismos.
El toque romántico de la semana lo dan César y Cristina, un matrimonio muy pasional que disfrutará al máximo de los hoteles y del suyo, La Tejera de Lozoya, un alojamiento en el que además de convivir con el cliente ofrecen una sorpresa: tienen una granja llena de animales.