Cinco consejos para elegir un buen telescopio y disfrutar del cielo nocturno

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El estudio de la astronomía, invita a disfrutar durante gran cantidad de horas del cielo y las estrellas. En este sentido, se trata de una afición que garantiza grandes momentos de satisfacción y aprendizaje. Por lo que, desde los expertos de todotelescopios.com recomiendan acercarse un poco más a observar los astros.

Sin embargo, para conseguir una buena experiencia en cuanto a la observación de las estrellas, planetas y demás elementos, es indispensable un buen telescopio, con el fin de ver con más detalle los objetos celestes. A esto, hay que sumarle que comprar un telescopio, requiere de ciertos conocimientos que permitan adquirir el más adecuado. Así, para facilitar esta tarea, a continuación te facilitamos los aspectos básicos a analizar cuando de comprar un telescopio se trata.

Tipos de telescopio

De manera general, se pueden distinguir tres tipos de telescopios según la naturaleza de su objetivo: refractor, reflector y catadióptrico. En el primer caso, el telescopio refractor, emplean una serie de lentes para concentrar la luz.

La cantidad de lentes varía según el diseño y calidad del equipo. Estos, resultan más sencillos de manejar y transportar, siendo así el más adecuado para el usuario principiante.

Mientras, los telescopios reflectores, cuentan con un espejo curvo que permite concentrar la luz en un punto. En cuanto a su uso, requieren mayor dominio, pues su configuración es más compleja y su volumen es mayor, lo que puede dificultar su movilización.

Por su parte, un telescopio catadióptrico dispone de un espejo cóncavo con una lente correctora, que a su vez sostiene un segundo espejo. Son equipos bastante compactos y fáciles de manipular. Además, los modelos más modernos se presentan en versiones computarizadas. Su principal desventaja es su elevado precio, por lo que su compra suele limitarse a observadores muy experimentados.

No cabe duda de que cada uno de estos telescopios ofrece ventajas y desventajas según las necesidades de cada usuario. Sin embargo, cualquiera de ellos puede ofrecer la calidad necesaria para observar el cielo nocturno. En este sentido, la decisión debe tomarse en función del presupuesto y el nivel de conocimiento de cada observador.

Diámetro o apertura

La potencia del telescopio, se relaciona a la mayor o menor captación de las radiaciones luminosas. Es uno de los principales rasgos de estos equipos, y es  proporcional al diámetro del objetivo. Así, a mayor apertura, mayor luz y en consecuencia imágenes más brillantes.

  Asimismo, el aumento máximo y mínimo dependen del diámetro del objetivo. No obstante, lo ideal es guiarse por el grado de apertura. Pues, los valores que indican el número de aumentos también dependen de otros factores como la estabilidad atmosférica y la relación focal. En consecuencia, este indicador puede ser algo impreciso.

En cambio, el diámetro o apertura de cada dispositivo es invariable. De acuerdo con esto, en el momento de comprar un telescopio, es fundamental prestar atención a este factor. Su valor suele estar indicado en milímetros, en la parte externa de los telescopios.

Tipos de monturas

En primera instancia, se puede pensar equivocadamente que la montura es sólo un soporte mecánico sin relevancia sobre el estudio astronómico. Sin embargo, esta además de ofrecer apoyo al tubo óptico, permite mover con mayor precisión el telescopio.

Una montura inadecuada, dificultará el seguimiento de objetos en el firmamento. Pues, el telescopio se moverá de manera errática, generando imágenes con manchas o temblorosas.

Según las características de su estructura, es posible diferenciar dos tipos de montura. Cada una con características diferentes, propicias para uno u otro tipo de telescopio. En primer lugar, está la montura azimutal, compuesta por un eje vertical y otro horizontal. Estas son propias de los telescopios sencillos como los refractarios.

 Por su parte, las monturas ecuatoriales cuentan igualmente con la formación de dos ejes, salvo que uno de ellos se ubica en un ángulo paralelo al eje de rotación terrestre. De esta forma, se consigue mayor precisión al seguir un cuerpo en el cielo. Este diseño facilita operaciones avanzadas como el seguimiento automático para fotografía, por lo que son habituales en equipos más avanzados.

Portabilidad

Este es un factor de gran relevancia, debido a la necesidad de movilizar el telescopio en busca de mejores ángulos y avistamientos. Así, lo más usual es querer llevarlo a espacios que permitan eludir la contaminación lumínica y sus efectos.

Independientemente de cual sea el caso, la posibilidad de trasladarlo, facilita la observación y ofrece acceso a mejores observaciones. Por tanto, la portabilidad mejora notablemente la experiencia de los aficionados a la astronomía.

Si se vive en la ciudad, es preferible un telescopio que se pueda movilizar con facilidad hacia cielos más despejados. Pero, si se cuenta con un espacio propicio como una terraza o se vive fuera de la ciudad, un telescopio de mayor tamaño podría aportar sus ventajas.

Dónde comprar un buen telescopio

En el pasado, adquirir un buen telescopio era más difícil. Pues, no siempre se cuenta con establecimientos especializados en astronomía que ofrezcan telescopios de calidad. Asimismo, las tiendas que disponen de esto equipos, no son conocedores lo que conlleva dar datos erróneos sobre las características de los telescopios.

Afortunadamente, en la actualidad la web permite acceder a los mejores telescopios del mercado. En este sentido, se encuentran marcas reconocidas en diferentes tipos, tamaños y modelos. Estos espacios también ofrecen información apropiada que facilita la compra del telescopio adecuado según las necesidades y preferencias de cada observador.

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