Clara Peeters, la primera exposición dedicada a una mujer en el Museo del Prado

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Han pasado casi dos siglos, 197 años para ser más exacto, para que el Museo del Prado dedique su primera exposición temporal a una mujer artistas. El honor es para la pintora flamenca Clara Peeters (en activo entre 1607-1621), pionera en el arte de los bodegones y una de las madres del pincel que se dedicó profesionalmente a la pintura en la Europa de la Edad Moderna.

"Hemos tardado lo mismo que ha tardado la sociedad, más o menos. Aunque es importante recordar que, aunque el Prado lleva abierto desde 1819, hacer exposiciones de manera continuada lo hacemos desde hace 20 años, quizás menos incluso, igual que todos los museos del mundo, aunque nosotros puede que entrásemos un poco más tarde en comparación con los anglosajones", explicó el jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del museo, Alejandro Vergara.

"Yo creo que es su momento realmente. No llevamos de retraso desde 1819 y, además, sus cuadros han estado colgados siempre, o casi siempre, de modo permanente en el Prado", comentó el comisario de la exposición conocida como El arte de Clara Peeters, coorganizada junto al Koninklijk Museeum voor Schone Kunstern Antwerpen.

La muestra reúne las 15 mejores obras, datadas entre 1611 y 1621, de las 39 conocidas hasta el momento de Peeters y conllevó un exhaustivo estudio de más de un año y medio que ofreció nuevos datos sobre la artista desconocida. 

"Nosotros buscamos darle visibilidad y hacer que Clara Peeters sea más conocida, pero insisto en que ya era una mujer importante, tanto históricamente como en el Museo del Prado", señaló el comisario que a su vez reveló que de los seis cuadros de la artista documentados en el siglo XVII dos estaban en la colección real española, una de las más grandes de la época, y otros dos en la personal de Diego Mesía y Guzmán, Marqués de Leganés, un aristócrata próximo a Rubens y uno de los más destacados coleccionistas del momento.

Además, el Museo del Prado la considera una de las "pioneras" en el género de la naturaleza muerta e, incluso, determinar que fue "la primera persona" en pintar un bodegón con el pescado como protagonista, como en Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas (1611).

Forma parte así de una "primera generación de pintores que está transformando lo que ellos entienden que debe ser la pintura y que en lugar de idealistas son realistas". 

"No solo es pionera por eso, sino que, además, pintar así en Amberes es muy raro, porque Amberes, más que Sevilla, Milán o Roma, está dominado por la figura de Rubens, que pinta de forma totalmente distinta. En este sentido, es bastante pionera y podemos considerarla una persona que va a contracorriente", subrayó el comisario. 

"Reaccionaba ante la sensación de que el mercado pide ciertas cosas y con un espíritu pionero, pensando las cosas desde cero y no haciendo lo que hace los demás" por lo que se puede decir que Peeters era ""una mujer valiente y vanguardista dentro del contexto de la época, y sobre todo en Amberes".

"Lo bonito es pensar que ella está deseando mostrarse y haciéndolo discretamente al mismo tiempo. Con eso consigue al mismo tiempo que, cuando vemos el cuadro, vemos a la mujer que lo está pintando, con lo cual también está muy conseguida la sensación de ilusionismo, que es algo muy importante para los artistas cuando pintan", concluyó.