Dimisión, impeachment y escándalos, una Casa Blanca zarandeada
Lo que más le ha dolido a Donald Trump, pese a sus vitriólicos ataques a la prensa, se ha producido en las redes sociales. la foto en Twitter de Kylie McIntyre (@kyem74) reveló el secreto de su bronceado y la lucha para mantener su tupé y ocultar su calvicie.
Cuando se disponía a entrar en la Casa Blanca con Justin Trudeau, una ráfaga de viento le arrunió el peinado mostrando una calvicie que avanza sin tregua. Pero además reveló su bronceado artificial reabriendo el debate sobre las razones de su color de piel anaranjado.
En la Casa Blanca han iiritado además lo que están leyendo las apuestas. Las probabilidades de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renuncie al puesto o sea destituido antes del fin de su mandato han aumentado en la casa de apuestas británica Ladbrokes en un 48%.
La compañía irlandesa Paddy Power calcula en un 20% las opciones de que el Congreso realice este mismo año un impeachment, o juicio político, que acabe con su mandato antes de tiempo.
Polémica además en Washington por los gastos de la familia presidencial y la escasa capacidad de trabajo de Donald Trump con la única pasión de golf a todas horas (aunque sea en los pasillos).
De nuevo, fin de semana en West Palm Beach, Florida, sede de la residencia de lujo de los Trump, Mar-a-Lago. Supone una factura de tres millones de dólares por fin de semana presidencial fuera de la Casa Blanca.
No se trata sólo de descanso del presidente sino de su clan, con sus nieto, su hija Ivanka y su marido, el yernísimo, el asesor presidencial Jared Kushner, y en ocasiones Melania, volando desde Nueva York.
A Donald Trump le gusta llamar a su mansión de Mar-a-Lago la "Casa Blanca de Invierno" o la "Casa Blanca Sureña". Son ya tres fines de semana seguidos de los cinco que han transcurrido desde que juró el cargo el viernes 20 de enero.
A la vez Melania, la primera dama que no ejerce, permanece en Nueva York con el hijo de la pareja, Barron. La protección de la Trump Tower va a suponer 70 millones de enero a julio. Implica además reforzar el Servicio Secreto y un caos y estrés en esa zona de Nueva York.
Los dos hijos mayores de Donald Trump, Donald Jr. y Eric, están por su parte en permanente gira mundial en representación de las empresas de su padre. Atención a que viajan protegidos por el Servicio Secreto. The Washington Post -y es asunto que ha suscitado también la ira del presidente- publicó una factura de 100.000 dólares en un viaje de Eric Trump a Uruguay para promover una torre residencial Trump.
Todo este estilo de vida comienza a escandalizar en Washington en una presidencia populista de polémicas, excesos y daño a la imagen, reputación y prestigio de Estados Unidos.
Cuando se disponía a entrar en la Casa Blanca con Justin Trudeau, una ráfaga de viento le arrunió el peinado mostrando una calvicie que avanza sin tregua. Pero además reveló su bronceado artificial reabriendo el debate sobre las razones de su color de piel anaranjado.
En la Casa Blanca han iiritado además lo que están leyendo las apuestas. Las probabilidades de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renuncie al puesto o sea destituido antes del fin de su mandato han aumentado en la casa de apuestas británica Ladbrokes en un 48%.
La compañía irlandesa Paddy Power calcula en un 20% las opciones de que el Congreso realice este mismo año un impeachment, o juicio político, que acabe con su mandato antes de tiempo.
Polémica además en Washington por los gastos de la familia presidencial y la escasa capacidad de trabajo de Donald Trump con la única pasión de golf a todas horas (aunque sea en los pasillos).
De nuevo, fin de semana en West Palm Beach, Florida, sede de la residencia de lujo de los Trump, Mar-a-Lago. Supone una factura de tres millones de dólares por fin de semana presidencial fuera de la Casa Blanca.
No se trata sólo de descanso del presidente sino de su clan, con sus nieto, su hija Ivanka y su marido, el yernísimo, el asesor presidencial Jared Kushner, y en ocasiones Melania, volando desde Nueva York.
A Donald Trump le gusta llamar a su mansión de Mar-a-Lago la "Casa Blanca de Invierno" o la "Casa Blanca Sureña". Son ya tres fines de semana seguidos de los cinco que han transcurrido desde que juró el cargo el viernes 20 de enero.
A la vez Melania, la primera dama que no ejerce, permanece en Nueva York con el hijo de la pareja, Barron. La protección de la Trump Tower va a suponer 70 millones de enero a julio. Implica además reforzar el Servicio Secreto y un caos y estrés en esa zona de Nueva York.
Los dos hijos mayores de Donald Trump, Donald Jr. y Eric, están por su parte en permanente gira mundial en representación de las empresas de su padre. Atención a que viajan protegidos por el Servicio Secreto. The Washington Post -y es asunto que ha suscitado también la ira del presidente- publicó una factura de 100.000 dólares en un viaje de Eric Trump a Uruguay para promover una torre residencial Trump.
Todo este estilo de vida comienza a escandalizar en Washington en una presidencia populista de polémicas, excesos y daño a la imagen, reputación y prestigio de Estados Unidos.
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