Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho ahora?, o cómo repetir éxito
Siempre dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Pero en el caso de esta cinta, están equivocados. Tras el éxito que tuvo Dios mío, ¿pero que te hemos hecho? en 2014, el realizador francés Philippe de Chauveron vuelve a probar suerte con la continuación de la historia de una disparatada familia en Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho... ahora?.
No es de extrañar que el director francés haya decidido apostar por continuar con la historia. La comedia fue un auténtico fenómeno de taquilla en toda Europa con más de 12 millones de espectadores en Francia, 4 millones de espectadores en Alemania y más de 1,5 millones en España.
La trama está relacionada con la anterior. Tras ver a sus hijas casarse con un musulmán, un judío, un chino y un africano, Claude y Marie Verneuil se enfrentan a una nueva crisis. Sus cuatro yernos, Rachid, David, Chao y Charles, están decididos a abandonar Francia con sus esposas e hijos para probar fortuna en el extranjero. Incapaces de imaginar a su familia lejos de ellos, Claude y Marie harán todo lo posible para retenerlos.
El guión es muy parecido a la historia anterior. Es sencilo aunque nada simplet. El director vuelve a hacer de las suyas y vuelve a sorprender con el matrimonio Vermouil (sumamente católico) y con las historias más divertidas de sus hijas con sus yernos.
También es importante destacar el amor del director por Francia. Realiza aquí una oda de la provincia francesa gran protagonista de esta cinta ya que lo que busca es que los espectadores estén deseando viajar a la zona del Loira.
Brillan, como siempre, Christian Clavier, al que se le recuerda por su film Una bolsa de canicas (2017), y Chantal Lauby como el matrimonio Vermeui. También es importante el papel que realizan sus hijas, interpretadas por Élodie Fontan, Frédérique Bel, Julia Piaton y Émile Caen.
Junto a este revoltijo de actores también hay que añadir a sus maridos, de distintas religiones y razas, cuyos papeles recaen en los actores Ary Abittan, Medi Sadoun, Frédéric Chau y Noom Diawara. Un reparto muy completo.
No es de extrañar que el director francés haya decidido apostar por continuar con la historia. La comedia fue un auténtico fenómeno de taquilla en toda Europa con más de 12 millones de espectadores en Francia, 4 millones de espectadores en Alemania y más de 1,5 millones en España.
La trama está relacionada con la anterior. Tras ver a sus hijas casarse con un musulmán, un judío, un chino y un africano, Claude y Marie Verneuil se enfrentan a una nueva crisis. Sus cuatro yernos, Rachid, David, Chao y Charles, están decididos a abandonar Francia con sus esposas e hijos para probar fortuna en el extranjero. Incapaces de imaginar a su familia lejos de ellos, Claude y Marie harán todo lo posible para retenerlos.
El guión es muy parecido a la historia anterior. Es sencilo aunque nada simplet. El director vuelve a hacer de las suyas y vuelve a sorprender con el matrimonio Vermouil (sumamente católico) y con las historias más divertidas de sus hijas con sus yernos.
También es importante destacar el amor del director por Francia. Realiza aquí una oda de la provincia francesa gran protagonista de esta cinta ya que lo que busca es que los espectadores estén deseando viajar a la zona del Loira.
Brillan, como siempre, Christian Clavier, al que se le recuerda por su film Una bolsa de canicas (2017), y Chantal Lauby como el matrimonio Vermeui. También es importante el papel que realizan sus hijas, interpretadas por Élodie Fontan, Frédérique Bel, Julia Piaton y Émile Caen.
Junto a este revoltijo de actores también hay que añadir a sus maridos, de distintas religiones y razas, cuyos papeles recaen en los actores Ary Abittan, Medi Sadoun, Frédéric Chau y Noom Diawara. Un reparto muy completo.
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