Donald Trump, el presidente que decapitó en Nueva York la Estatua de la Libertad

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Está claro que Donald Trump, y su equipo de estrechos colaboradores, no apostó por la prudencia al aterrizar en la Casa Blanca. Telefonazo de máximas exigencias a Enrique Peña Nieto advirtiendo, en serio o en broma, del envío de tropas a México contra los "hombres malos". 



Al primer ministro de Australia, le colgó directamente el teléfono con estrépito. Atacó especialmente a Angela Merkel, la Unión Europea ("el consorcio") y la OTAN. Y disparó todos los rechazos, dentro y fuera de Estados Unidos, con el veto migratorio. Por el momento su política a golpe de decretazo, firmados en la Casa Blanca rodeado de su clan -con imágenes que recuerdan las películas de El Padrino-, no ha creado tranquilidad. 

Der Spiegel reflejó este clima de forma ácida, casi brutal. Equiparó al presidente con los terroristas sin alma de Estado Islámico (ISIS) que han degollado a sus víctimas.

Edel Rodríguez, un cubano que llegó a Estados Unidos en 1980 como refugiado político, fue el autor de la portada del semanario alemán con el único título de America first. Donald Trump, como un terrorista de ISIS, corta la cabeza a la Estatua de la Libertad. Lo hace con su corbata roja llegando por debajo del cinturón, para tapar su barriga, y con su tupé que cuida con un crecepelo especial.

Al margen de gustos, de estética y ética, la portada es fuerte. Responde sin embargo a la actitud también brutal de los desprecios de Donald Trump en su relación con la Unión Europea y con Alemania, y muy especialmente con la canciller Angela Merkel.
 

- Ver también, Melania comiendo espaguetis de diamantes, la portada que indigna (Hechos de Hoy)
 
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