Escape Room, el juego de moda en un escenario terrorífico

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Los escape room o salas de escape son una de las alternativas de ocio más comunes y populares en nuestros días. Estas salas de desafío siempre suelen tener una misma finalidad y mecánicas: hay que escapar de la sala en un tiempo determinado resolviendo una serie de rompecabezas, acertijos y desafíos.



Pero, ¿qué pasaría si en alguno de ellos no pudieras salir? O, peor aún, que solamente pudiera salir uno y la vida del resto de personajes del grupo fuera el precio por mantener la tuya. Esa es precisamente la premisa de Escape Room, la película dirigida por Adam Robitel (director de Insidious. La última llave).

Yendo a la sinopsis de la cinta, Sony se centra en un grupo de personajes sin relación entre ellos son citados a formar parte de un experimento en la nueva sala de Minos Escape Rooms, una tan compleja que resolverla conlleva un premio económico de varios miles de dólares.

En cierta medida, puede que también recuerde a 60 minutos para morir (2017), curiosamente llamada también Escape Room en VO, pero el toque distintivo viene en el trasfondo.

El reparto es bastante genérico, sin ningún nombre propio a destacar más allá de Deborah Ann Woll, al que el gran público conocerá por ser Karen Page en las series Marvel de Netflix. Ella es precisamente una de las actuaciones más destacadas, en una cinta con un reparto coral en el que se va igualando la importancia de los personajes según los supervivientes en cada momento de la cinta.

Sin embargo, si hay que destacar un papel por encima del resto, como para considerarla la verdadera protagonista y revelación sería el de la joven Taylor Russell como Zoey ( la actriz por su papel de Judy Robinson en la serie Lost in Space). 
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