Lágrimas en el Ala Oeste de la Casa Blanca al ganar Trump a Hillary

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Pete Souza no seguirá en la Casa Blanca. Fotógrafo oficial durante la presidencia de Barack Obama, y Director de la Oficina de Fotografía de la Casa Blanca, fue además, en el periodo de 1983 a 1989, fotógrafo oficial durante la segunda presidencia de Ronald Reagan.

Trabajó como fotoperiodista para el diario Chicago Tribune en su redacción de Washington entre los años 1998 a 2007, etapa durante la que cubrió toda la carrera política de Barack Obama, desde senador a presidente de los Estados Unidos.



Sólo publicó dos fotos de una Casa Blanca que permanece en estado de shock. El momento en que el presidente se dirigió a sus íntimos colaboradoes, en el Despacho Oval de la Casa Blanca, y la imagen oficial de la primera entrevista de Barack Obama y Donald Trump para fijar la transición.

No hubo esta vez imágenes de distensión entre ambas parejas. El presidente está profundamente convencido de que un personaje como Donald Trump no tiene ni estatura política ni moral para asumir la Presidencia de Estados Unidos.

El día en que Barack Obama se dirigió al país desde los jardines de la Casa Blanca, la Rose Garden, el Jardín Rosado, se pudo comprobar la profunda desolación en el Ala Oeste, un ejemplo del clima de abatimiento que se vive en Washington.

En las imágenes que se han conocido, y que se han subido a Instagram, se puede ver a la asesora presidencial, Valerie Jarrett, con los brazos cruzados, y profunda tristeza. También a  la subdirectora de Comunicación, Jen Psaki, o el portavoz Josh Earnest, junto a la asesora de Seguridad Nacional y antes embajadora ante Naciones Unidas, Susan Rice, con la desolación en sus rostros.

Fue impresionante, como se desveló en las redes sociales, la cerrada ovación a Barack Obama en el momento en que concluyó su mensaje al país junto al vicepresidente, Joe Biden. Al día siguiente Donald Trump llegó a la Casa Blanca entrando por una zona lateral y bajo una comitiva espectacular de los agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos. Nada que celebrar. Un ambiente gélido y frío para una pesadilla política que aún no se ha asumido.
 

- Ver también, Donald Trump coloca a sus hijos y a su yerno en el equipo de transición (Hechos de Hoy)
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