Las calamidades e infortunios de El hombre que mató a Don Quijote

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La película que el británico Terry Gilliam ha pasado toda su carrera tratando de completar ya es una realidad. La particular versión del clásico de la literatura universal, El hombre que mató a Don Quijote, se ha visto acompañada por desventuras e infortunios desde que Gilliam, de 77 años, comenzara a idearla hace ya cinco lustros.

Rodada en gran parte con españoles, está protagonizada por Adam Driver, el británico Jonathan Pryce como Don Quijote, Oscar Jaenada, Rossy de Palma, Sergi López y Jordi Mollà, entre otros.  

Los primeros diez años se fueron intentando conseguir la financiación y pronto llegaron los problemas durante el rodaje,  lo cual llevó a su súbita cancelación. Gilliam no se rindió e intentó hacer realidad la película en varias ocasiones. Hasta empezó a hablarse de una maldición que perseguía al proyecto e incluso una reclamación legal por parte de un productor previamente asociado a la cinta amenazó su estreno. 

Esta historia, basada en la novela de Cervantes, pero ambientada en el siglo XX, comenzó a rodarse en Navarra en 1998 con Jean Rochefort y Johnny Depp como protagonistas. Pero una serie de infortunios, como la destrucción del equipo de filmación en una inundación, el retiro de Rochefort del proyecto debido a una doble hernia discal, problemas con la aseguradora de la película y el ruido producido por unos aviones de la OTAN que se encontraba realizando ejercicios en un campo cercano; provocaron que el rodaje fuera suspendido.

De hecho, en 2002 vio la luz un documental, titulado Lost in La Mancha, en el que se narraban todas estas calamidades. Finalmente, El hombre que mató a Don Quijote llega el 1 de junio a los cines españoles. 

Aunque El hombre que mató a Don Quijote se desboque en varias ocasiones están presentes los ideales de caballería, amor y justicia de la novela. Gilliam coge parte de las temáticas de Cervantes y las aplica en una película que trata acerca del reencuentro con la humanidad y los sueños perdidos. 

Irregular pero con momentos fascinantes, enloquecida y fantasiosa como todo el cine del director de El imaginario del doctor ParnassusEl hombre que mató a Don Quijote fascinará a los fans del director norteamericano. La película, rodada en majestuosos escenarios históricos y naturales de la península ibérica y las islas Canarias, se erige en una oda a la inconsciencia necesaria para vivir, para crear y, sobre todo, para hacer cine. 
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