Los contrastes de la Costa del Sol. (Foto: RTVE)

Los contrastes de la Costa de Sol y la Galicia mágica

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Todos los veranos caben en Comando al sol: coche de alta gama o autobús colectivo; cama balinesa o habitación compartida; navegar en uno de los yates más lujosos del mundo o chapotear en hidropedal; champán iraní o bocata de filete empanado…

El programa de La 1 desembarcará en el prime time de este martes en Málaga y su provincia, capital del turismo europeo. Y a continuación se adentrará en el Caribe gallego, para ponerse las botas con el mejor marisco en las Rías Bajas, degustar el que dicen es el mejor Albariño del mundo y visitar Cambados y Combarro, dos pueblos de la Galicia mágica.

Dos por uno en la Costa del Sol

Al turista le gusta fardar, lo dice Víctor, especialista en alquilar vehículos de alta gama. Pasear con uno de sus coches por la Costa del Sol cuesta entre 1.500 y 3.500 euros a día. Y el negocio funciona. Uno de sus clientes es Juan Hassani, empresario y duque persa. Él y su familia toman caviar para desayunar y celebran el verano brindando con champán de virutas de oro.

Con la cuarta parte de lo que cuestan diez gramos de caviar, Paqui, dueña de una tienda de barrio, da de comer a tres personas: croquetas, tortilla de patatas, filetes empanados...

Luis ha puesto en marcha una tarifa plana para navegar sin barco. Y asegura que este verano se ha multiplicado el alquiler de embarcaciones.

Veraneo marinero a la gallega

Almejas, berberechos, mejillones, navajas… Este año el marisco gallego ha engordado más que nunca. Los meses de parón por el coronavirus aumentaron su tamaño y las ganas de comerlo. María José y las mariscadoras de Cambados son pioneras en enseñar al turismo los secretos escondidos bajo las aguas de la Ría de Arousa.

Gabriel se está encontrando este verano con más gallegos que nunca a bordo de su embarcación. Vive de descubrir al viajero paraísos cercanos. Con él es fácil entender cuánto cuesta recoger siete kilos de navaja sin más ayuda que una bombona de oxígeno o por qué llaman a la deshabitada Isla de Areoso el “Caribe gallego”.

El turista también es fundamental para la familia de Juan. El Marqués de Figueroa abre el Pazo de Fefiñans con el propósito de arrimar algún euro al mantenimiento de este imponente palacio gallego de tres plantas, jardín, viña y bodega. La visita acaba una copa del que dicen es el mejor Albariño del mundo.

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