Maravillosa Judi Dench, amor y traición en La Espía Roja

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La adaptación que ha realizado Trevor Nunn de la novela de Jennie Rooney Red Joan ( La Espía Roja) está ambientada en tres marcos temporales diferentes. Comienza en el año 2000, cuando Joan Stanley, interpretada por Judi Dench, es detenida y acusada de ser una espía rusa. 



El interrogatorio de Joan por la policía se intercala de flashbacks de la vida de la joven Joan (Sophie Cookson), en 1938, cuando era lectora de Física en Cambridge, y luego a la Segunda Guerra Mundial, cuando acepta un trabajo en un proyecto de inteligencia top secret que la llevará hasta Canadá.

El interrogatorio es un torpe mecanismo de ambientación para una historia de espías que apelotona dos romances, una relación entre madre e hijo que se desmorona y los dilemas éticos de las cabezas nucleares.

El film se presentó en la sección Proyecciones Especiales del Festival de San Sebastián, donde Judi Dench recibió un Premio Donostia en reconocimiento a su contribución sobresaliente al mundo del cine.

Lo genial de la historia de Norwood es que muestra que los espías no suelen saltar de helicópteros y acostarse con femmes fatales, sino que son ciudadanos corrientes que podrían vivir en la casa de al lado. Mientras que este aspecto cotidiano de la vida de Norwood se realza e investiga en el personaje que encarna Dench, la versión joven de Joan, que interpreta Cookson, es descubierta en Cambridge y luego seducida por su jefe, que trabaja en la bomba atómica.

Sus relaciones amorosas con el comunista Leo (Tom Hughes) y el sesudo Max (Stephen Campbell Moore) se hacen pesadas. Cookson lo hace como puede ya que es duro tener que cargar con la responsabilidad de ser la joven Judi.

Estamos ante una película de espías clásica, de las de toda la vida. No aporta ninguna novedad al género, pero tampoco era necesario que lo hiciera, sobre todo por sus excelentes protagonistas. Tal vez no será una de esas películas que se queden en la memoria, pero, sin duda, es un gran trabajo.  
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