Martin Scorsese, premio de honor en Cannes a su medio siglo de carrera

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"Todos vamos a desaparecer y el cine con nosotros, ¿pero por qué ahora?, se preguntó Martin Scorsese en su entrada al Festival de Cannes, un recibimiento cargado de energía desbordante y unas risas generosas. 

Scorsese habló a una velocidad de vértigo de su infancia, de sus inicios en el cine o de lo que aprendió de sus padres, pero sobre todo de cine.

"El cine me aportó mucho cuando era niño, de joven y de adulto y creo que esto tiene que marcar psicológicamente también a otras personas. Es algo demasiado emotivo para mí. Cuando pienso en las películas que he visto, francesas, italianas, americanas, de John Ford...Algunas veces las películas son como una experiencia religiosas, un sentimiento de alivio que cambia tu vida", reflexionó.

Entonces, "¿por qué permitir que eso desaparezca?", dijo el director de 75 año, ante un público que le recibió en pie y que llenaba el teatro de la Croisette de Cannes. Era un acto de homenaje previo a la recepción de la Carroza de Oro de la Quincena de Realizadores, la sección más independiente del Festival de Cannes.

Cuando llegó a Cannes esa primera vez Scorsese tenía solo dos películas en su haber, ¿Quién llama a mi puerta? (1967) y El tren de Berta (1972), dos obras sin duda valiosas pero que no sirvieron para llamar la atención, tal y como hizo Malas Calles. 

Desde aquella irrupción, Scorsese ha visitado Cannes asiduamente, y cuatro de sus películas han competido en el certamen. Gracias a Taxi Driver ganó la Palma de Oro en 1976, y Jo, qué noche le proporcionó el premio al mejor director en 1985. 

 
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