Michael Haneke, ¿repetirá el éxito de La Cinta Blanca con Happy End?

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Los niños están marcando el Festival de Cannes, pero si hasta ahora las películas proyectadas ensalzaban su espíritu combativo o su vulnerabilidad, The Killing of a Sacred Deer y Happy End mostraron un lado diabólico y tenebroso. 

El austriaco Michael Haneke convierte a la pequeña Eve (Fantine Harduin), en una auténtica diablesa de 13 años en Happy End, un drama en torno a una familia burguesa afincada en el norte de Francia y confrontada a la muerte.

Traumatizada por la separación de sus padres, Eve incuba tendencias suicidas y asesinas, un personaje que sin duda recuerda a los niños de La cinta blanca, con la que Haneke se alzó con la primera de sus dos Palmas de Oro, en la que unos jóvenes maltratados acaban desarrollando una violencia cruel.

La película es descrita como una radiografía de la vida de una familia europea burguesa en medio de la crisis de refugiados. Brevemente la producción ha dicho: “A nuestro alrededor el mundo y nosotros, en el medio, ciegos”.

Mientras que las primeras reacciones de la crítica colocaron al filme de Lanthimos entre los favoritos al máximo galardón y alabaron el trabajo de Kidman como “uno de sus mejores en años“, según la revista especializada Screen. Happy End dividió mucho más, entre quienes tacharon la cinta de “lo mejor de Haneke” o de “trabajo menor”.

La filmografía sólida de Michael Haneke apenas completa la docena de producciones. Cannes lo ha tenido en cuenta en la competencia oficial desde Funny Games (1997) y se ha llevado dos palmas de oro por La Cinta Blanca y Amour (2012) que también logró el Oscar a mejor película de habla no inglesa.


 
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