NTJ, con retornados de Siria, la organización de la matanza en Sri Lanka

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Tragedia espantosa en el Domingo de Resurrección con primeras luces en la investigación en el Lunes de Pascua en lo que fue el paraíso de la isla-Estado. Sri Lanka (la antigua Ceilán) había renacido como el país bello, seguro y amable. Con playas, templos, montañas sagradas, antiguas ciudades y sus increíbles elefantes de leyenda, se había convertido en el destino con mayor crecimiento turístico en el Índico. La matanza del Domingo de Resurrección cambió radicalmente este escenario.



La investigación de la matanza dio un paso decisivo. Los ocho atentados contra iglesias y hoteles en Sri Lanka habrían sido perpetrados por el grupo islamista National Thowheed Jama’ath (NTJ) ( (Organización Nacional del Monoteísmo). En Colombo, el portavoz del Gobierno, Rajitha Senaratne, informó además que “hubo una red internacional detrás, sin la cual estos ataques no habrían tenido éxito”. El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, confirmó que solicitará la colaboración internacional de servicios secretos y servicios de inteligencia de otros países, para seguir la pista de la conexión exterior de los terroristas.



Los servicios de inteligencia de la India habían advertido a las autoridades de Sri Lanka sobre los planes de ataques kamikazes contra iglesias cristianas (católicas y evangélicas) así como del perfil radical de su líder, Mohamed Zaharan. Según el Legacy Media The Washington Post, este informe de la inteligencia india estaba en manos de la Policía de Sri Lanka desde el 11 de abril.

El ministro de Telecomunicaciones, Harin Fernando, escribió en su cuenta de Twitter (Harin Fernando‏ / @fernandoharin) que “algunos oficiales de inteligencia estaban advertidos. Por lo tanto, hubo un retraso a la hora de emprender acciones. Hay que tomar medidas serias respecto al hecho de que esta advertencia fue ignorada”.

El ministro de Defensa, Ruwan Wijewardena, informó por su parte que las explosiones en iglesias y hoteles se debieron a terroristas suicidas. Cada ataque fue obra de un solo terrorista suicida, a excepción del hotel Shangri-La, en Colombo, donde actuaron dos. 

El Gobierno ha impuesto un nuevo toque de queda y mantiene el bloqueo de las redes sociales (especialmente Facebook) para evitar la difusión de rumores y de mensajes de odio.



Según The New York Times, el NTJ había actuado solo hasta ahora contra estatuas y simbología budista. Los budistas forman el 70% de la población del país, donde conviven con musulmanes (12%) y cristianos -católicos y evangélicos- (7,4%). Sus objetivos no son de corte insurreccional como en el caso de los Tigres Tamiles de décadas pasadas. Su plan es el de provocar la división de la sociedad con un terrorismo de corte islamista radical.



El analista Brahma Chellaney, del Centro de Investigación Política de Nueva Delhi, ha señalado que este grupo terrorista se encuentra presente también en el estado indio de Tamil Nadu, en el extremo sur del subcontinente y separado de la isla de Ceilán (Sri Lanka) por el estrecho de Palk. Según Chellaney, la ideología del NTJ es de corte wahabí (la secta de origen saudí que empapa el radicalismo islamista suní) y entre sus miembros habría retornados de la guerra de Siria.


 
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