El pan de la guerra, una auténtica joya con Angelina Jolie a los mandos

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Parvana solía salir a la plaza del mercado con su padre, Nurullah, un profesor que había perdido la pierna durante la guerra ruso afgana. Le echaba una mano vendiendo antiguas posesiones para poder comprar algo de arroz y verduras. También le ayudaba a leer y escribir cartas para la gente del lugar, en pastún o farsi, a cambio de unas monedas.

Era habitual que la gente fuese analfabeta y no serlo se había convertido en el negocio familiar. Sin embargo, a medida que el poder de los talibanes iba creciendo, la libertad de las mujeres iba menguando: pronto no podrían salir a la calle sin sus maridos o sus padres.

Un buen día, alguien discute con Nurullah porque la niña de once años no va suficientemente tapada. No lleva burka, sino un sencillo hiyab, lo cual da lugar a una pequeña disputa en la calle que tendrá consecuencias inmediatas. Esa tarde, su padre es apresado por resistencia a la autoridad.

Incapaz de quedarse de brazos cruzados, Parvana decide hacerse pasar por un chico para conseguir trabajos de medio pelo con los que sacar a su familia adelante. Al menos antes de que estalle la guerra y las bombas empiecen a caer sobre Kabul.

Esta es la historia de El pan de la guerra, una histproa de Nora Twomey, que presenta siete años después de El secreto del libro de Kells, película que dio a conocer al estudio del que es cofundadora. 

La película, basada en un libro de Deborah Ellis y con la participación de Angelina Jolie como productora ejecutiva, tiene lugar en el Kabul talibán de 2001, donde el terror y el trato injusto a los civiles (en especial, a las mujeres) están a la orden del día. Es una historia que narra la historia de Parvana, tan real y dolorosa como el hambre y la guerra. 
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