Perdiendo el este, enredos y atropellos en la comedia de Paco Caballero
Nacho García Velilla estrenó en 2015 Perdiendo el norte, que supuso un éxito total en taquilla, llegando a ingresar más de diez millones de euros. Se trataba de una comedia en la que tiraba de tópicos respecto a la confrontación entre dos países como España y Alemania. Ahora, pretender volver a repetir éxito con la secuela: Perdiento el este.
Bajo el contexto de que China se ha convertido en la primera potencia económica mundial, la película muestra a su protagonista, Braulio (interpretado por Julián López), en esta ciudad enfrentándose a un nuevo idioma, nuevas culturas o a distintas formas de alimentación.
Sobre esta premisa circula todo el fundamento de Perdiendo el este: intentar hacer humor desde el choque cultural, alimentario y de idioma, es decir, humor desde el tópico, como ya ocurría en Perdiendo el norte.
La película recurre a dos de los personajes protagonistas que ya aparecían en la primera entrega, Miki Esparbé y Julián López (no aparecen ni Yon González ni Blanca Suárez), para mostrarnos el lugar que ocupan unos años después y cómo se encuentran económica y vitalmente.
Además, se unen al reparto Leo Harlem, Chacha Huang, Silvia Alonso (en un personaje diferente al que interpretó en la adaptación televisiva de la primera entrega), Edu Soto, Marcos Zhang y Fele Martínez.
Cabe recordar que en Perdiendo el norte se hizo un retrato de la juventud “perdida”, desempleada y migrante. Desde la comedia intentaron hacer una radiografía emocional a un pueblo devastado por la crisis económica. En esta entrega se aborda de puntillas al comienzo, porque el tema es otro.
Por su parte, Nacho G. Velilla director y guionista de la primera entrega solamente repite en la segunda faceta y acompañado de Antonio Sánchez, Oriol Capel, David S. Olivas y Daniel Monedero. La puesta en escena corre a cargo de Paco Caballero, cortometrajista y realizador de episodios de series como Cites o Benvinguts a la familia que debuta en el largometraje con Perdiendo el este.
Bajo el contexto de que China se ha convertido en la primera potencia económica mundial, la película muestra a su protagonista, Braulio (interpretado por Julián López), en esta ciudad enfrentándose a un nuevo idioma, nuevas culturas o a distintas formas de alimentación.
Sobre esta premisa circula todo el fundamento de Perdiendo el este: intentar hacer humor desde el choque cultural, alimentario y de idioma, es decir, humor desde el tópico, como ya ocurría en Perdiendo el norte.
La película recurre a dos de los personajes protagonistas que ya aparecían en la primera entrega, Miki Esparbé y Julián López (no aparecen ni Yon González ni Blanca Suárez), para mostrarnos el lugar que ocupan unos años después y cómo se encuentran económica y vitalmente.
Además, se unen al reparto Leo Harlem, Chacha Huang, Silvia Alonso (en un personaje diferente al que interpretó en la adaptación televisiva de la primera entrega), Edu Soto, Marcos Zhang y Fele Martínez.
Cabe recordar que en Perdiendo el norte se hizo un retrato de la juventud “perdida”, desempleada y migrante. Desde la comedia intentaron hacer una radiografía emocional a un pueblo devastado por la crisis económica. En esta entrega se aborda de puntillas al comienzo, porque el tema es otro.
Por su parte, Nacho G. Velilla director y guionista de la primera entrega solamente repite en la segunda faceta y acompañado de Antonio Sánchez, Oriol Capel, David S. Olivas y Daniel Monedero. La puesta en escena corre a cargo de Paco Caballero, cortometrajista y realizador de episodios de series como Cites o Benvinguts a la familia que debuta en el largometraje con Perdiendo el este.
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