¿Por qué Chernobyl se ha convertido en la mejor serie del año de HBO?

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Todo parecía entrever que después del final de Juego de Tronos, HBO no tendría un futuro demasiado prometedor. Sin embargo, las miniseries históricas siempre han sido una fuente de reclamo para la plataforma. hacía tiempo que no lograban un impacto tan potente en este género como el que acaba de provocar Chernobyl, una miniserie que a tres semanas de su estreno ya se posiciona como una de las mejores del 2019.



Esta producción de cinco capítulos está provocando un tsunami de valoraciones positivas e incluso ha llegado a ser la serie con mejor puntuación de IMDB (la base de datos de referencia sobre cine y televisión), por delante de la citada Juego de Tronos y hasta de Breaking Bad, que mantenía el cetro.

Con su mezcla de imagen vintage, sus resortes del cine de terror apocalípticos y su empaque soviético en la trama de política y conspiración, Chernobyl sabe remover al espectador. 

El accidente en la central nuclear de Chernóbil es uno de los peores en toda la historia de la Unión Soviética y del mundo. Todo empezó con un experimento con un reactor atómico, pero algo salió mal y, como consecuencia, se produjo una explosión que efectivamente lo destruyó.

Esto hizo que se contaminara de radiactividad un enorme territorio que comprende algunas zonas densamente pobladas en Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Teniendo en cuenta que las partículas se propagaron por un extenso territorio, los efectos de este desastroso evento afectaron a una gran cantidad de personas.

Entre los más afectados por la radiación se encuentran los llamados liquidadores, las personas que directamente se ocuparon de minimizar los efectos del desastre. Entre ellos, bomberos, soldados, científicos, mineros y muchos otros. Se trata de aproximadamente 600.000 personas que sacrificaron su salud e incluso en algunos casos sus vidas. Los liquidadores son los protagonistas principales de la serie.

Después atrapa por la veracidad rayana con el documental con la que cose la gestión del desastre acontecido el 26 de abril de 1986. Toda una red de mentiras perfectamente armada que encuentra ecos en la era actual de las fake news, con un trasfondo deshumanizado y de derrumbamiento de una etapa a nivel geopolítico. 
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