Los secretos de los regalos de Juan Carlos I. (Foto: Casa Real)

Los millonarios regalos que ofrecía el rey Juan Carlos I

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El libro King Corp (Editorial Libros del K.O.) está dando mucho de qué hablar. Se trata de un libro que desvela el imperio económico de Juan Carlos de Borbón. Firmado por los periodistas Javier del Olmo y David Fernández, la obra es el resultado de una investigación que da claves sobre la fortuna del Emérito. 

Existe un capítulo dedicado a Alejandra de Rojas, la supuesta hija secreta del rey levantó un terremoto mediático, al que se añadió el insólito comunicado del propio don Juan Carlos, negando que la hija de los condes de Montarco fuera suya o incluso haber tenido una relación sentimental con "doña Rosario Palacios", como se refiere en la nota a Charo Palacios.

Esta parte creó cierto revuelo escondiendo gran parte de la historia presente en otros capítulos. Uno de ellos estaba en contra de haber adelantado la paternidad secreta del rey, para preservar la totalidad de las contundentes informaciones de King Corp, mientras el otro consideraba que adelantar el tema de presunta hija secreta quemaba el resto del contenido, del que efectivamente, apenas se ha hecho mención a pesar de la relevancia de lo que se cuenta.

En el capítulo 18, los autores de la investigación desvelan que una de las aficiones menos conocidas del anterior rey de España eran los relojes de las marcas más lujosas y exclusivas. Su colección estaba cuidadosamente guardada en una estancia cerrada del palacio de la Zarzuela, a temperatura constante y en la que no entraba una mota de polvo. El rey reunió en ella más de 400 piezas perfectamente ordenadas en cajas especiales, con dispositivos giratorios que simulaban el movimiento de la muñeca.

La mayor parte de esta colección procedía de regalos de jeques y mandatarios de los países del Golfo Pérsico que, tanto el rey como en ocasiones doña Sofía, traían al regreso de sus viajes por aquellos países. Otras de estas piezas de relojería de lujo, procedían de regalos de empresarios españoles.

El rey de España, según King Corp, aceptó prebendas de magnates y financieros a cambio de favores. Juan Carlos I se permitía también venderlos cuando necesitaba liquidez y lo hacía a través de Aldao, propiedad de sus amigos los García-Lubén, su joyería de confianza durante décadas y donde también compraba las joyas que le regalaba a su amante Corinna Larsen.

Con el dinero de ese fondo, el monarca hacía regalos, como las esmeraldas de 250.000 euros que le regaló a Corinna, o bien retiraba liquidez para pagar sus viajes, restaurantes y otras compras de lujo, evitando así usar su asignación oficial. 
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