La primera cita, el enternecedor recorrido de Isabel Ampudia
La protagonista es Isabel, una mujer de mediana edad casada con Sebastián, un militar retirado que nunca ha sido precisamente atento ni delicado. Un brote de alzhéimer incipiente en ella obligará a su Sebastián a tener por primera vez que dedicarle atenciones.
También, haciéndole ver algo con lo que no contaba: ella, en sus confusiones, le abrirá los ojos a aspectos importantes que no conocía de su relación, y de manera involuntaria, le brindará una oportunidad para redimirse de sus errores.
El matrimonio protagonista encarna estereotipos muy marcados: él es un militar machista más preocupado por su trabajo que por su mujer. Ella, en cambio, es una persona atenta y resignada ama de casa. Sin embargo, estos personajes son solo el punto de partida de un acontecimiento que descubrirá que no todo es lo que parece y que los errores siempre se pueden enmendar.
La primera cita no ha tenido que ser una película fácil de rodar, empezando por su temática y terminando por sus escasos medios. Sin querer desvelar mucho sobre su argumento, Ponce adelanta que el film habla de una relación de pareja y se centra en el idea de que "cuando se olvida un buen recuerdo siempre lo podemos volver a revivir como si ocurriese por primera vez".
La historia se sustenta en dos personajes perfectos a quienes Jesús Ponce ha sabido dotar de una humanidad y credibilidad que trasciende el arquetipo, especialmente en el teniente Haro, que a pesar de encarnar unos defectos muy asociados a la época y a la profesión militar, no resulta estereotipado en ningún momento.
Compartir en: