Raúl Arévalo, tan desequilibrado como desequilibrante en El aviso

Desde su debut noventero en Salto al vacío, la carrera de Daniel Calparsoro se ha movido casi siempre en el filo del thriller en un tono más o menos intenso o dramático, en casi todas sus variedades y tanto en cine como en televisión. Ahora dirige El Aviso, un emocionante thriller basado en la novela homónima de Paul Pen con trasfondo sobrenatural y fantástico en el que se cruzan el pasado y el presente en una carrera contrarreloj.

La cinta, que plantea la existencia de universos paralelos bajo un contexto emocional real, reflexionará sobre la posibilidad de la existencia de algo más allá de nuestra propia realidad. Raúl Arévalo (La Isla Mínima, Oro) regresa como actor en El Aviso, donde interpreta a un joven obsesionado con las matemáticas y con un enigma que puede salvar la vida de un niño. 

La trama se centra en Jon, un joven obsesionado con los números, que investiga una serie de crímenes ocurridos a lo largo de los años en el mismo lugar y que parecen responder a un mismo patrón. Descifrar la secuencia será lo único que podrá salvar a Nico, un niño de 10 años que recibe una carta con una amenaza de muerte.

La historia, sin más pretensiones, cumple a la perfección todos y cada uno de los números qué plantea. Una vez planteados los cimientos, con una cierta lentitud en sus tramos iniciales, juega contigo a su antojo. Exigirá concentración. Y premiará como fanático a este género que eres.

El aviso tiene dos tiempos que corren paralelamente: el de la actualidad, protagonizado por Nico —Hugo Arbués—, el niño del párrafo anterior, y otro diez años anterior protagonizado por Jon —Raúl Arévalo—, un tipo dotado para los números que ganó cuando era estudiante unas olimpiadas matemáticas, esquizofrénico y obsesionado con resolver el mensaje que él cree que se esconde en las cifras que el azar ha tenido el placer de ir montando.

Daniel Calparsoro mueve perfectamente sus hilos en una división argumental que no pierde la fuerza durante toda la cinta. Todas con un mismo motor: El miedo. El Aviso muestra con bastante pericia el temor de un matemático a no encontrar su respuesta, a perder la cordura o a haberla perdido ya.

Esos miedos se manifiestan de manera excelente gracias a su reparto. Desde un desequilibrado Raúl Arévalo tan desequilibrado como desequilibrante, hasta un pequeño Hugo Arbués, que sin duda se queda apuntado en mi agenda como futura estrella a seguir.