Scarlett Johansson, la atractiva cyborg que lucha contra el ciberterrorismo

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El anime japonés está de moda. Cada vez son más las series que dan el salto a la pequeña y gran pantalla en formato film. Tras el anuncio de Netflix del lanzamiento de Death Note, una de las series de anime que más éxito tuvo en Japón y en nuestro país, le toca el tuvo a Ghost in the Shell. 

Con una nueva recreación de la historia al estilo de Hollywood, Scarlett Johansson da vida al personaje de Motoko Kusanagi, la agente especial y líder de un grupo de especialistas que se dedican a luchar contra el ciberterrorismo a través de la Sección 9. La misión es encerrar a los criminales peligrosos así como a los conocidos como "extremistas" que acapan a sus anchas tratando de impedir la expansión de la tecnología y biología. 

Así, Ghost in the Shell es un manga futurista, ambientado en un Japón ciberpunk de mediado del siglo XXI, El anime que en 1995 llevó el nombre de Mamoru Oshii y fue escrito por Jonathan Herman (Straight Outta Compton) y Jamie Moss (Dueños de la calle). Ahora la adaptación fue dirigida por Rupert Sanders el director de Blancanieves y la leyenda del cazador, quien aseguró que buscó hacer lo más parecido a la original.

La cinta no da ni un segundo de respiro, y probablemente sea de esas que viéndola otra vez se descubren nuevos detalles que pueden pasar desapercibidos la primera vez. Sin duda un espectáculo de efectos digitales, fotografía, imaginación que, basándose en una historia similar al manga de 1995, sabe variar y “mejorar” la trama.

Para llevar a cabo su objetivo es cierto que el director intenta copiar planos idénticos al anime de 1995 y además lo adereza digitalmente con secuencias cuyo aura fotográfico es en cierto modo similar al de Blade Runner (1982).

A nivel superficial no hay duda de que la película cumple las expectativas. Con una lograda estética Cyberpunk que, pese a estar sobrecargada de efectos especiales, logra ser lo suficientemente realista para dejar que nos sumerjamos en la historia. Dando lugar a una ciudad que parece estar más viva que los propios protagonistas que la habitan.

Con un cuerpo artificial que repara con mimo la doctora Ouelet (Juliette Binoche), la atractiva cyborg ejerce de poderosa arma contra el crimen y los que osan perturbar la paz en un universo de hipnótica atmósfera asfixiante con luces de neón por todas partes y gigantescos edificios impersonales desde donde se proyectan figuras que hablan y se mueven como si fuesen reales.


 
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