Una carrera espectacular, un mito en el mundo del cine. (Foto: BBC)

Sean Connery, del mejor Bond a mítico padre de Indiana Jones

Compartir en:
Sean Connery falleció a los 90 años “mientras dormía pacíficamente”, informó su hijo Jason. Fue el legendario James Bond en siete películas. Logró numerosos premios a lo largo de una larga carrera, incluyendo un Oscar, tres Golden Globes y dos Bafta. Para los críticos fue “el mejor James Bond de todos los tiempos”.



Nacido en un humilde barrio de Edimburgo. Thomas Sean Connery fue el hijo mayor de Joseph - obrero y camionero-  y católico, y de Effie, una empleada de limpieza de religión protestante.

A los 29 años comenzó como tramoyista en el King’s ­Theatre. Dos años después trabajó como extra en la obra Sixty Glorious Years dijo “sí”. Entonces abandonó el nombre de Tommy para convertirse en Sean Connery.



Su carrera comenzó a despegar cuando el director de la BBC, Alvin Rakof, le contrató para Requiem por un peso medio. Su porte y fuerte personalidad, y su 1,89 metros de altura, le abrieron las puertas en shows de televisión, el teatro y el cine.

Su carrera avanza en los tiempos en que arrasaba en las librerías el fenómeno Bond, el agente secreto británico 007 creado por Ian Fleming. Cómo llevar al cine un personaje como Bond se convirtió en un complejo dilema. Tenían que encontrar a alguien sofisticado, con capacidad de vestir impecable, ser un seductor, frialdad para matar a poderosos villanos, y con distinción para tomar un Dry Martini.

Inicialmente los productores del proyecto Bond, Cubby Broccoli Harry Saltzman, pensaron en Cary Grant. Luego buscaron todo tipo de alternativas - de Richard Burton a James Mason y Peter Finch-. Finalmente, sin estar convencidos, convocaron a Connery. Pero cuando le vieron llegar desde una ventana, “caminando como una pantera”, comprendieron que el 007 existía y era real. No necesitó pruebas sino simplemente semanas de aprendizaje para actuar, cmportarse y hablar como un caballero inglés en lugar de un duro e indómito escocés.

Con 30 años, Connery se convirtió en el lengendario agente secreto en James Bond con 007 contra el Dr. No en 1962 junto a Ursula Andress. Ian Fleming, que en un principio no lo quería por su acento, quedó tan impresionado que introdujo en la saga un padre oriundo de Escocia como reconocimiento. Connery se convirtió en el 007 en siete ocasiones hasta que lo sustituyó Roger Moore.

Rompió todos los moldes como espía británico, magnético y seductor, referente de la moda, y auténtico sex simbol. En los años 60 era el hombre mejor vestido del mundo. 

Protagonizó siete veces al agente secreto más famoso del cine: Agente 007 contra el Dr. No (1962), Desde Rusia con amor (1963), James Bond contra Goldfinger (1964), Operación Trueno (1965), 007: Sólo se vive dos veces (1967), Diamantes para la eternidad (1971) y Nunca digas nunca jamás (1983).

Su carrera continuó imparable hasta que en 1987 su papel en Los intocables le valió el Oscar al mejor actor de reparto al que se sumaron dos Baftas y tres Globos de Oro.

Siempre nostró públicamente su apoyo social y financiero al Partido Nacionalista Escocés (SNP), defensor de la independencia de Escocia. Cuando fue nombrado caballero por la reina Isabel II en el año 2000, acudió ataviado con la tradicional falda escocesa.

En el ámbito privado, se casó dos veces. Primero con la actriz australiana Diane Cilento, con quien tuvo a su único hijo, Jason, y de la que se divorció en 1973. Después con la artista francesa Micheline Roquebrune.

Se había afincado en las Bahamas. Su salud declinaba rápidamente. Murió durante la noche acompañado por su familia en Nassau. “Es un día triste para todos los que conocían y querían a mi padre, y una triste pérdida para toda la gente que disfrutó del don maravilloso que tuvo como actor”, dijo su hijo con profunda tristeza.

Una vez logrado acabar con el mito Bond, Sean Connery dejó su huella y talento mostrado su fuerte personalidad. Con John Huston de director y Michael Caine de coprotagonista rodó la inolvidable El hombre que pudo reinar (1975), sobre dos aventureros que viajan a la India en 1880 y sobreviven gracias al contrabando de armas y otras mercancías.

Brilló en Asesinato en el Orient Express (1974) con estrellas como Ingrid Bergman y Lauren Bacall; en El nombre de la rosa (1986), Los inmortales; Los intocables de Eliot Ness, al lado de Kevin Costner, que le valió el Oscar al mejor actor de reparto; Indiana Jones y la última cruzada (1989) y La caza del octubre rojo (1990), de John McTiernan, donde actuó como un almirante al mando de un submarino nuclear. De nuevo llevó al cine el papel espectacular de una deserción que abrió una dramática crisis internacional en la novela de Tom Clancy.

Adiós a un auténtico gigante, una carrera prodigiosa a la que puso punto final con una vida retirada y tranquila en las Bahamas. En una larga carrera confesó que el personaje con el que más disfrutó fue Indiana Jones y la última Cruzada como padre de un joven Indiana Jones. Disfrutó trabajando con Steven Spielberg y George Lucas. "El equipo era especial, era una gran aventura y Harrison Ford y Denholm Elliot eran actores estupendos. Lo pasé muy bien”, confesó. Sin duda, de todos los personajes que interpretó, se quedó con la joya para él de Indiana Jones y la última cruzada, de Steven Spielberg.
Compartir en: