Selfie, el retrato picaresco de Víctor García León sobre la sociedad española

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Santiago Alverú, joven actor, estrena en cines su primera película como protagonista, Selfie, dirigida por Víctor García León y producida por Jaime Gona.

En ella, Bosco es el hijo de un ministro imputado por corrupción, malversación de fondos públicos, blanqueos de capitales y varias decenas de delitos económicos. Selfie cuenta su historia desde que lo expulsan de su lujoso chalet en la Moraleja hasta que entra a pedir trabajo en la sede de Podemos, con sus angustias sentimentales y sus miserias. 

La película de Víctor García León y con el protagonismos de Santiago Alverú, Macarena Sanz, Javier Caramiñana, Alicia Rubio y Pepe Ocio, “refleja a la perfección el momento socio-político de la España actual”. Se trata de un falso documental sobre el hijo de un ministro del PP caído en desgracia. Una propuesta arriesgada, fresca, original, imperfecta e inspiradora para nuevas generaciones de cineastas, que saca a la luz un rasgo inherente a la sociedad española, la picaresca y los principios intercambiables.

La película ha obtenido los siguientes premios: Festival De Málaga - Cine Español: Biznaga de Plata- Premio especial del jurado de la crítica; Sección Oficial- Mención especial del jurado; Festival De Cine de Alicante: Tesela de Oro a Mejor Película, Tesela de Plata a Mejor Guión, Tesela de Plata a Mejor Director y Premio Sergio Balseyro del Jurado de la Crítica.

El director de la cinta aseguró que “lo que yo pretendo con esta película es precisamente eso: retratar este momento de nuestra historia, de nuestra vida, de nuestras calles. El momento político y la crisis económica, las turbulencias sociales y sentimentales... pero algo tiene la realidad española que se escapa al retrato convencional, al análisis clásico. Vivimos en la exageración”.

“Nunca me ha interesado la parodia... seguramente porque no es posible parodiar una realidad tan mema, tan inconcebible. La ironía se queda corta, la farsa resulta flácida por innecesaria, el sarcasmo lo tiñe todo de un pesimismo que tampoco nos representa... al final nos queda el esperpento. Después de todo las máscaras esconden más verdad que los retratos; el humor descabellado es más preciso que un ensayo académico”.