Sergi Arola hundido y en el peor momento de su vida

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"Hundido, descentrado, sin un euro, deshecho", así califican sus más cercanos la situación del otrora afamado cocinero Sergi Arola (49), que parece haber tocado fondo. El reputado chef, que llegó a ostentar dos estrellas Michelin y fue uno de los pioneros de la cocina de vanguardia en España, acudió hace escasos días de una manera irreconocible, con ropa muy sport, el pelo largo, suelto y aspecto desaliñado a la unidad de urgencias por un ataque de ansiedad.

El chef, que llegó a gestionar (ya fuera como dueño o, en la mayoría de los casos, como asesor culinario) hasta 17 establecimientos, ahora solo trabaja en el Restaurante LAB by Sergi Arola, en el lujoso Penha Longa Hotel, en Sintra (Portugal). Allí, es solo un asalariado con nómina.

Al parecer ya no tiene ninguna propiedad, ni tampoco su moto Harley Davidson, a la que llamaba "la pequeña". La vendió vía Twitter, adjuntando una foto de la moto y un número de contacto. El cocinero catalán se mueve en una motocicleta que le ha cedido una marca comercial.

"Siempre he querido pagar mis deudas", ha reconocido el cocinero, pero ya no hay patrimonio que le permita afrontarlo. Arola, que se separó de Sara Fort en el año 2012 (tiene dos hijas con ella), tuvo que vender hasta su chalet conyugal de dos plantas en una conocida colonia residencial próxima al Parque de Berlín, en la zona norte de Madrid. 

En 2016, el restaurante Arola Gastro (Madrid), que había ganado dos estrellas Michelín, cerraba sus puertas después de que Hacienda le precintase durante varias semanas el local debido a una deuda de 148.000 euros con la Agencia Tributaria y de 160.000 con la Seguridad Social,según recoge El País. Una cuantía que se habría incrementado hasta los 7 millones de euros con bancos y proveedores, por lo que Arola y su sociedad mercantil sigue estando investigadas por la unidad antifraude de Hacienda.

En 2015 el chef catalán parecía encontrar la estabilidad junto a la presentadora y modelo Silvia Fominaya, pero su relación duró tan sólo unos meses. El cocinero le ayudó en la apertura de ¡Por la jeta!, un restaurante en el corazón de La Coruña, en el que la madrileña se convirtió en la dueña absoluta del local. 

Según informa Corazón TVE, el chef habría perdido su última vivienda en Madrid y “en España va de piso en piso, de amigo en amigo. No tiene ni para pagarse un buen menú”, afirman sus conocidos al mismo medio. 
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