Trepidante acción y escapismo con "El rascacielos" de Dwayne Johnson

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Rawson Marshall Thurber
llega a los cines con un doble reto: por un lado se enfrenta a su primera película de acción tras su trabajo en la comedia con Somos los Miller y Un espía y medio; por otro, enfrentarse a las críticas debido al parecido de su cinta con dos de las mejores cintas del género, El coloso en llamas y La jungla de cristal.

El director y guionista se alzó como el candidato definitivo para llevar las riendas de El rascacielos, uno de los grandes blockbuster del verano en el que volvería a coincidir con el omnipresente Dwayne Johnson

En ella el ex-marine Will Sawyer (Dwayne Johnson), otrora líder del Equipo de Rescate de Rehenes del FBI, se ve obligado a cambiar drásticamente de vida tras perder la pierna en una misión. Junto a su mujer Sarah (Neve Campbell) y sus hijos, se trasladará a Hong Kong para instalarse en uno de los rascacielos más impresionantes que se erigen sobre el planeta, y se encargará de supervisar la seguridad del edificio. 

Antes de que los espectadores puedan acomodarse en las butacas, Will verá cómo un complot termina culpabilizándolo del incendio que amenaza con destruir el rascacielos... y a su propia familia.

Lejos de la gracia de Bruce Willis, La Roca adhiere a la línea Schwarzenegger de los héroes de acción: muchos músculos y un acotadísimo histrionismo, el estrictamente necesario para no pasar papelones y mantener su agenda cinematográfica completa haciendo más o menos siempre lo mismo.

Además de unas cuantas peleas cuerpo a cuerpo, abundan las escenas no aptas para vertiginosos, con La Roca y compañía bamboleándose sobre el vacío.  Uno de los muchos fundamentos sobre los que se erige El coloso en llamas, era el de ofrecer un subtexto que enlazaba protagonistas y audiencia, amén de visibilizar la labor y el drama del cuerpo de bomberos que en pocas ocasiones se ha visto reflejado con tanta gracia.


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