Una visita de Barack Obama a Grecia marcada por la victoria de Donald Trump

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Nada más pisar Atenas, Barack Obama abogó por una Europa fuerte y unida. Quiso hacerlo además en Atenas, escenario de feroces convulsiones para la Unión Europea y la Zona euro, epicentro de un laboratorio político de sucesivos cambios pasando del radicalismo a la moderación.



La primera preocupación hoy de Barack Obama es la del contagio del populismo a Europa. De una pandemia de extrema derecha, xenófoba y antisemita. Se puede decir con más enjundia y más alto pero no con menor claridad.

Barack Obama llegó a Europa después de una conferencia en la Casa Blanca en la que lamentó no poder cerrar la "maldita" cárcel de Guantánamo. El Air Force One fue recibido en el aeropuerto de Atenas por el ministro de Defensa, Panos Kammenos. En el primer día, encuentro del presidente de Estados Unidos con el presidente Prokopis Pavlopoulos y el primer ministro Alexis Tsipras.

Este miércoles, en una jornada llena de simbolismo, visita la Acrópolis y pronuncia un discurso sobre los desafíos de la globalización.

La presencia de Barack Obama "es una visita emblemática y excepcional, que marca un reconocimiento hacia los esfuerzos de los griegos para arreglar el tema de la deuda y estabilizar la región", dijo el portavoz del gobierno de Atenas, Dimitris Tzanakopoulos al diario Avghi.

"Creo fervientemente en que para realizar reformas que se sostengan en el tiempo la gente necesita esperanza", dijo Barack Obama en una entrevista al diario Kathimerini.

Fundamentalmente en Atenas, al llegar a Europa, y tras la victoria de Donald Trump, Barack Obama ha querido ser un aliado leal advirtiendo del auge del nacionalismo étnico.

 Al lado del primer ministro griego, Alexis Tspiras, Barack Obama no ocultó su melancolía y pesimismo a corto plazo. y también su esperanza a largo plazo. "Debemos ser vigilantes ante el aumento de una especie vulgar de nacionalismo o identidad étnica o tribalismo que se construye alrededor de un nosotros y de un ellos”, subrayó . A la vez enfatizó que "nunca pediré perdón por decir que el futuro de la humanidad y el futuro del mundo se definirán por lo que tenemos en común, en oposición a las cosas que nos separan y, finalmente, nos abocan al conflicto”.

Barack Obama, sin citar a Donald Trump y a Hitler, sí se refirió a un pasado trágico de Europa en el siglo XX, las lecciones de la Historia que subraya en sus mensajes el Rey Felipe VI.

“Sabemos lo que ocurre cuando los europeos empiezan a dividirse y a enfatizar sus diferencias y competir entre ellos a la manera de una suma cero. El siglo XX fue un baño de sangre. Y, pese a todas las frustraciones y fracasos del proyecto para unificar Europa, las últimas cinco décadas han sido un periodo de paz, prosperidad y crecimiento sin precedentes", enfatizó Barack Obama.

A la vez su mirada se dirigió a Estados Unidos al señalar que "no realizamos nuestro potencial como país cuando impedimos a los negros o latinos o asiático o gais o mujeres que participen plenamente en el proyecto de construir la vida americana".

Es una gira marcada por la melancolía y la tristeza evidente de lo que se quebró, la llegada por primera vez de una mujer a la Presidencia de Estados Unidos. Y también por la preocupación, la alarma y la advertencia de que hay serios motivos de preocupación por el triunfo del trumpismo y su riesgo de expansion.
 

- Ver también, La reunión de Donald Trump con Nigel Farage, una bofetada para Europa (Hechos de Hoy)


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