Venganza y odio en Sin Piedad, el western de Billy el Niño
Cabe recordar que el interés de D’Onofrio por el western no es nuevo (participó en el remake de Los siete magníficos), así como su amistad con Ethan Hawke, con quien ha coincidido en cinco producciones desde 2009. Su camino como director antes de llegar a Sin piedad se compone de dos películas que no llegaron a reclamar demasiada atención de la crítica: Five minutes, Mr. Welles (2005) y Don’t go in the woods (2010).
La película tiene dos historias entrelazadas, la primera muestra a dos hermanos que deben huir de su tío para no ser asesinados por éste. La segunda, la búsqueda y captura de Billy el Niño por parte del sheriff Patt Garrett, ambas se unen al coincidir la pequeña familia con el delincuente más buscado en aquellos momentos.
A Ethan Hawke se le recuerda sobre todo por su participación en la saga Antes de amanecer, pero lo cierto es que ha trabajado con directores de renombre como Peter Weir, Robert Redford, el propio Richard Linklater, Alfonso Cuarón, Sidney Lumet, Pawel Pawlikowski o Alejandro Amenábar.
El título en inglés (The kid) hace referencia, como es lógico, a un niño. A Billy, pero también a otro que recibe el nombre de Rio (denominación casi mítica en el western) y que se ve obligado a crecer a marchas forzadas y a hacerse fuerte ante la violencia que empapa todo lo que le rodea.
Ethan Hawke es un gran actor y no sorprende nada que esté justo como tiene que estar. Interpreta a Pat Garret, el mítico agente de la ley. Carismático pero con una gran dureza. El que sorprende en su cambio de rol es Chris Pratt. En Sin Piedad interpreta a Grant Cutler, el jefe de una banda que es a la vez el tío de los dos protagonistas y que va a hacer lo posible para arruinarles la vida para vengar la muerte de su hermano.
Se nota que Sin Piedad una producción pequeña ya que no hay grandes sets ni tiroteos espectaculares con muchos extras pero si que hay un buen trabajo de maquillaje, decoración y vestuario.
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