La versatilidad de Arata Isozaki le otorga el premio Pritzker 2019

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El arquitecto japonés Arata Isozaki, de 87 años, se hizo con el premio Pritzker 2019. El jurado quiso reconocer así a un profesional “versátil, influyente y verdaderamente internacional”; también a alguien que "ha ejercido como puente entre la cultura oriental y la occidental, y cuyo centenar de obras construidas se reparten por Asia, América, Europa y Australia".

Cabe señalar que Isozaki era uno de los pocos de la primera hornada de arquitectos internacionales que no había sido todavía reconocido con este premio.

Nacido el 23 de julio de 1931 en el seno de una familia adinerada, Isozaki se graduó de la Universidad de Tokio en 1954 e inició su carrera bajo el influyente arquitecto modernista japonés Kenzo Tange. Isozaki se convirtió en su protegido, y incluso después de abandonar la oficina de Tange en 1963, continuó trabajando con su antiguo mentor a lo largo de la década de los 70.

Poco a poco Isozaki se hizo un nombre propio en la arquitectura, atrayendo la atención de los críticos y la prensa con la Biblioteca Prefectural de Oita, una construcción en hormigón que comparte inspiración del brutalismo y el metabolismo al mismo tiempo. El proyecto le valió ser invitado como arquitecto jefe de la Expo 1970 en Osaka, junto al propio Tange.

Según su sitio web explican que "Isozaki ha creado una arquitectura tan personal en sus ideas y espacios que desafían la caracterización en cualquier escuela de pensamiento. Al mismo tiempo, se resiste a la tentación de aplicar un sello de estilo a sus obras, prefiriendo en cambio crear soluciones arquitectónicas específicas para el contexto político, social y cultural del cliente y el sitio en cuestión". 
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