Vitores para Alain Delon, emoción de Banderas y Almodóvar conquista

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Alain Delon es uno de los actores de Francia más conocidos en el mundo. Sus películas y su belleza han supuesto grandes reconocimientos en el mundo del cine. No tanto sus polémicas declaraciones tachadas de homófobas y misóginas.

Ahora, Delon recibió Palma de Oro de honor de la 72 edición del Festival de Cannes. Horas antes ofrecía una conversación que debía ser un baño de masas, pero que se quedó en una sucesión de recuerdos de un veterano de 83 años que se emocionaba con facilidad. 

Fue recibido con un fuerte aplauso pero no fue bastante para el delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, que pidió que los asistentes dejaran de hacer fotos con sus teléfonos móviles para dar al actor una ovación mayor.

Habló de su primera asistencia a Cannes en 1956, cuando aún no había hecho ninguna película. "No tengo grandes recuerdos, vine con una chica que me gustaba y no presté mucha atención. Pasé por la alfombra roja, miraba a todo el mundo pero a mí también me miraban porque, perdonen, parece que yo no estaba mal". 

Ese fue el tono de la charla, con referencias de Delon a su belleza perdida, a su deuda con las mujeres -"si no fuera por las mujeres, yo habría muerto"- y al don que tenía para "vivir el personaje y no actuar".

El Festival de Cannes también dejó momentos para el recuerdo con personajes del cine tan importantes como Pedro Almodóvar y Antonio Banderas. Junto a una radiante Penélope Cruz, el director manchego Pedro Almodóvar volvió a recorrer este viernes la alfombra roja del Festival de Cannes para presentar Dolor y gloria. 

En esta película autobiográfica, Penélope Cruz encarna a la madre de Almodóvar en las escenas que evocan su infancia. "Pedro siempre me vio como madre desde que lo conocí a los 17 años. Ya en Carne Trémula, doy a luz en un autobús ¡justamente con la ayuda de Pilar Bardem!", explicó la actriz y añadió que "Ya cuando jugaba de niña, con tres o cuatro años, siempre elegía el personaje de madre".

Banderas se mostró generoso con Almodóvar, un director que le conoce bien y que sabe sacar lo mejor de él, que supo rebuscar "en esa maraña de cosas que supuestamente había aprendido" durante los 22 años que no habían trabajado juntos, hasta que se reencontraron en La piel que habito.

Pero en aquel rodaje estuvieron enfrentados creativamente y en este caso, cuando recibió el guion de Dolor y Gloria, simplemente se rindió y se puso a sus órdenes, porque se trataba "de interpretarle prácticamente a él". Así que eliminó todas las cargas que llevaba tras más de cien películas rodadas y se tiró "de verdad al barro" para "buscar la verdad" partiendo de cero. Ese fue el trato con el Almodóvar y el resultado es una gran interpretación que ha recibido tantos halagos en Cannes como el filme en sí mismo.
 
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